Hale, alegría, del surf-rock al disco-house, y tiro porque me toca. Que lo de esta página es un pitorreo sin demasiado rigor, y que lo mismo que te digo una cosa, ahora te digo la otra, y que si ayer le dábamos a las guitarras tremolantes, hoy te hablo deuna potentíiiiisima línea de bajo que me tiene loco: la de «Familiar Five«, la pista que da título al EP del productor y DJ británico Marcus Marr. Claro, esto espantará a los más puretas, pero qué le vamos a hacer si al Sr. Helvetica le da de vez un cuando darse un garbeo por la electrónica más asequible.
Leo en internet que Marcus Marr no es ningún recién llegado: en 2015, su colaboración con Nick Murphy (Chet Faker) fue acogida con alborozo por la parroquia del culto electrónico, y aunque se ha prodigado más en su faceta como productor para otros, en este 2018 su nombre se asocia de forma indisoluble con «Familiar Five«, el EP a su nombre con el que Marr debería apoderarse de las pistas de baile (y las peluquerías más in, y los stradivarius y los pimkies y los bershkas, vamos a decirlo) de medio mundo.
Cuatro robustas pistas que ceden todo el protagonismo a la sección rítmica y prescinden de (el giro pop lo hubiera hecho más digestivo, qué duda cabe) aportaciones vocales, y que no en pocas ocasiones le guiñan el ojo a Neil Rodgers («High Times» o «Rocketship» llevan a Chic en el mismísimo ADN). Lo de la canción que da título a este pop va por otro lado: esto es chundachunda puro y duro, del que pone los auriculares calentitos y el corazón a bombear de forma insana… Iba a escribir que no daría tan mal rollo si el tipo no gastara además esa cara como de Willem Dafoe preguntándote si estabas mirando a su novia, pero no: esto es todo un paseo por el lado más oscuro del ritmo, inspirado -dice- por la lectura del clásico de Stevenson «El Extraño Caso del Doctor Jeckyll y El Señor Hyde» y, editado por el (toda una garantía en la cuestión electrónica) sello DFA. Hale, a bailar.
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