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Antes de Air France, antes de Tough Alliance, antes de que todos esos grupos suecos de cálidas sonoridades contribuyeran al uso habitual de -otra más- la etiqueta de «balearic pop«, estaban The Embassy. A este dúo formado en 199 por Fredrik Lindson y Torbjörn Håkansson (viva el Ctrl+C/ Ctrl+V) les conocí a través de mi hermano D, quien de manera casual hizo llegar a mi, de forma simultánea, las canciones contenidas en «Futile Crimes» y las de unos tales The Radio Dept, también suecos, que por aquel entonces empezaban a dar que hablar con su disco de debut. A los de Labrador les fue mucho mejor, es verdad, pero la prolongada exposición a las soleadas canciones de The Embassy fue capaz de sobreponerse en mi memoria a años y modas, y ahí siguen aún ahora, sonando en el castigado reproductor de CD’s mientras me desplazo a toda pastilla de una punta de la ciudad a otra.

El disco se abría con la adictiva «Boxcar«, una estupenda canción más Family aún que las recogidas en «Un Sopló En El Corazón«, pero luego el disco se iba por otros derroteros, sin posicionarse de forma clara en el synth-pop (aunque en cierta forma, también lo es) o en el indie-pop (tampoco deja se serlo), pero sin abandonar nunca su lugar bajo el sol. En la instrumental «Sincerely Yours» le guiñan un ojo al acid-house, sin ir más lejos, y con la pista que cerraban el álbum,  y que pone sonido a la entrada de hoy, se ganaron el corazón de cualquier aficionado el buen pop. «Call It What U Want»  tiene todo lo que nos gusta: una gloriosa secuencia de acordes en las estrofsa, un estribillo al que dan ganas de abrazar, guitarras de cristal, palmas y hasta congas. Sólo por esta canción ya vale la pena recuperar un disco, con menos éxito del que se mereció en nuestro país, y que sin embargo en su país natal es valorado como una de las piedras fundacionales de una nueva edad de oro del pop escandinavo.

 

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