La verdad, no sé si contaba con ello, pero me alegré mucho al escuchar «Out Of The Game«. No es, desde luego, mi disco favorito del archifamoso hijo de Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle, porque he de reconocer que soy mucho más de cuando Rufus se nos pone en plan intenso, con la Sinfónica de Bratislava y tal, tendiendo la alfombra de terciopelo para una de las voces más prodigiosas que ha dado el pop de nuestros tiempos. Pero tampoco es «Songs for Lulu«, un disco que , visto lo visto, él necesitaba como un exorcismo para superar la muerte de su madre, y que a nosotros, la verdad, no nos hacía ninguna falta. Pero a Rufus se lo perdonaríamos todo, que a fin de cuentas es el tipo que compuso «Going to a Town«, y eso (uno tiene sus debilidades) son palabras muy mayores.
Así que aunque no diría que la de 2012 es la mejor versión de Wainwright ( Y algunos críticos que saben mucho más que yo de música, opinan que sí), lo cierto es que el traje de crooner que se calza en «Song Of You» está hecho a su medida, y le queda de muerte. Este es un baladón de esos con crescendo épico, que le permite lucirse cantando mejor que nunca (con lo que le gusta a él, tan sencillito que es, el muchacho) y por el que, en un mundo ideal, los concursantes de un talent-show de buenas voces se darían tortas. Rufus sabe que de voz va sobradito, y puedo dar fe de que escucharle en directo es una experiencia acongojante, que es como decir acojonante, pero en fino. Querida hermana C: esto te va a gustar.
De modo que sí, que es verdad lo que dicen de que este es su disco más sereno, más maduro y hasta más electrónico. Admito las referencias al Elton John, o a los guiños soft-rock de los 70. Incluso diría que, después de haber descubierto a ese otro portento llamado Perfume Genius, Rufus ya no me resulta tan locaza. Pero no os engañéis: este es el hombre que prepara un musical basado en su propia vida (Antes muerta que sencilla), y ha vuelto. ¿Excesivo? ¿Abrumador? ¿Barroco? Sí, sí y sí. Pero cómo canta el cabrón.