Venga, algo refrescante y divertido para empezar bien el fin de semana, aunque para disfrutarlo como merece, más de uno y más de dos deberán dejar su pesada armadura de prejuicios en la puerta. El post de hoy llega de la mano de Javiera Mena, esa chica con un don más que demostrado para armar canciones ultrapegajosas, y es el segundo avance del que será el tercer disco de la chilena, aún sin título, después del flamante single de presentación («Espada«) con el que agitó el final de 2013.
El tema se vende solo, así que no voy a extenderme con demasiados detalles. Se estrenó hace tan sólo dos días, con motivo del cumpleaños de la cantante, y si algo deja claro es que Javiera Mena ha decidido llevar hasta el límite su personal rescate del synth-pop ochentero más desinhibido (y muy a menudo, poco valorado): los teclados nunca habían sonado más sabrosos, el espíritu nunca había sido tan juguetón. El tema no es exactamente «La Joya» sofisticada y elegante que Javiera parece andar buscando por todos los rincones como vaca sin cencerro, sino más bien bisutería barata de la que da el pego, y con eso basta: es bastante posible que no entendamos nada, pero qué más da cuando nos hace sentir esas ganas de baila-baila-bailar con una cara como de ir por el cuarto mojito en el mejor chiringuito del mundo.
Publica Unión del Sur, el pequeño sello que comanda la propia Javiera Mena a medias con Cristián Heyne (quien, como en ocasiones anteriores, vuelve a ejercer de productor). Gustará a los fans del pop en casete de Linda Mirada, a los que no pueden evitar moverse con el ritmo tropical de Joe Crepúsculo, también a los que -me incluyo- alguna vez han perdido los papeles con lo de Chico y Chica, y probablemente podría gustarle hasta a mi querido cuñado V, quien habiendo reconocido públicamente su debilidad por «Azul» de Christian Castro, poco tiene ya que perder. Eso ya significa un montón de gente, pero -incomprensiblemente para mí, este tipo de canciones aún levantan infundadísimas suspicacias- no me doy por satisfecho: esto DEBERÍA gustarle a todo el mundo, sísisisisisí. Hale, a pasar buen fin de semana (nananananí).
The Songs We Love 
Después de «Espada», este «La joya» se me antoja digno sucesor, dos peldaños por debajo, pero perfecto para bailarrrrrrr. La Javiera hace lo que quiere, cuando le apetece y como le da la gana. Ella puede. Y ella sabe, mi amol.
Me apostaría pelar las uvas, aunque no lo voy a hacer, a que esto suena en nochevieja.
Puedes estar segura.. ;P.